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Zenón de Citio

Zenon de Citio (Estatua en el museo de Berlin)Zenon de Citio (Estatua en el museo de Berlin)(Cicio o Citio, Chipre, hacia 334 a.C. - 260 a.C.) Filósofo griego, fundador del estoicismo. Hijo de un rico mercader chipriota, siguió al parecer en su juventud los pasos de su padre y, tras haber perdido gran parte de su fortuna en un naufragio, resolvió abandonar el comercio y cultivar la filosofía. Poco satisfecho con las doctrinas que Crates, Estilpón, Jenócrates y Polemón enseñaban en Atenas, creó su propio sistema filosófico y fundó, aproximadamente en el año 300, la célebre escuela estoica o del pórtico, así llamada porque impartía sus enseñanzas bajo un pórtico decorado con pinturas de Polignoto (Stoà Poikile).

Después de enseñar durante más de treinta años, según se dice, se suicidó a los setenta y dos años de edad. Entre su escritos figuraban La república, Los signos, El discurso, La naturaleza, La vida según la naturaleza y Las pasiones. La escuela estoica decayó con su sucesor, Cleantes, pero cobró vigoroso esplendor con Crisipo, que fue realmente el sistematizador de la doctrina estoica y de quien se dice que escribió más de setecientos libros.

Ninguna de estas obras ha llegado completa hasta nosotros; sólo se conservan resúmenes y fragmentos. Pese a ello, la influencia de la escuela de Zenón se prolongaría en el llamado «estoicismo medio» (siglos II y I a.C.), en pensadores como Panecio de Rodas y Posidonio de Apamea, y llegaría hasta el Imperio romano en el denominado «estoicismo nuevo», representado por figuras de tan diversa condición como el filósofo hispanorromano Séneca, el esclavo Epicteto y el emperador Marco Aurelio.

Zenon de Citio (Dibujo a partir de estatua)Zenon de Citio (Dibujo a partir de estatua)Resulta muy difícil definir cuál fue el pensamiento original de Zenón de Citio, porque los testimonios posteriores relativos al estoicismo se refieren, generalmente, a las formulaciones de Crisipo. De todos modos, sí deben atribuirse a él las premisas fundamentales del estoicismo como "existe un orden a la vez racional y natural de las cosas" y "el bien consiste en el acuerdo pleno del individuo con ese orden". Por otro lado, también debe considerarse como original de Zenón la división de la investigación filosófica en lógica, física y ética, con la primacía de la ética sobre la pura teoría.

El mundo, para Zenón, está penetrado en todos sus puntos de una vitalidad natural que se manifiesta primariamente en los fenómenos biológicos, que mantiene unidos cielo y tierra, y determina las vicisitudes de todas las cosas en su interior. La ética se basa en la constitución natural del hombre. Desconfía radicalmente de las convenciones sociales, porque nada nos asegura que no estén viciadas de irracionalidad y de pasiones y, por lo tanto, no vayan en desacuerdo con la naturaleza.

Sin confirmar si es de Zenón o no, sabemos que el punto de vista estoico sobre el criterio de la verdad, que se debe determinar, ante todo, en lógica, se halla en las percepciones de los sentidos aprobados por la razón. La ciencia de la naturaleza se divide en dos principios: uno pasivo, la materia, el cuerpo; otro activo, Dios, el alma humana. No obstante, el alma es un aire ardiente, y Dios un principio ígneo universalmente extendido que anima cada cosa, y por su providencia dirige todos los seres, según las leyes inmutables del orden de la razón.

En moral se sigue el mismo orden. La primera máxima es vivir según la ley de la razón bien ordenada, o vivir de un modo conforme a la naturaleza, porque tal es el objeto del hombre, tal es la virtud. Los principios del sistema práctico son: 1º La moralidad, la virtud, es el único bien que tiene un valor absoluto; el vicio es el único mal positivo; 2º La virtud es la práctica de la razón libre, aplicada no sólo a conocer, sino también a practicar el bien. El vicio es una manera de obrar inconsecuente y brutal, una debilidad que, en menosprecio de la razón, se abandona a instintos inferiores; 3º La virtud es la única que puede asegurarnos el estado de calma (apatheia), última perfección del espíritu; 4º Hay dos clases de hombres: los buenos y los malos; los que cultivan la sabiduría, y los que pertenecen al vulgo. El sabio es, según esta doctrina, una especie de Dios omnipotente dentro de su esfera, y puede salir de este mundo siempre que se le impida practicar la virtud.

 

Estoicismo

La célebre escuela estoica o del pórtico, así llamada porque impartía sus enseñanzas bajo un pórtico decorado con pinturas de Polignoto.La célebre escuela estoica o del pórtico, así llamada porque impartía sus enseñanzas bajo un pórtico decorado con pinturas de Polignoto.Sus enseñanzas dieron lugar al nacimiento de la doctrina del estoicismo.

Zenón al estudiar con un filósofo cínico, Crates de Tebas, recibió muchas influencias de esta escuela. Sin embargo, rechazó la "desvergüenza" de ellos, el cayado y la alforja; e introdujo, en oposición al cinismo, el estudio de la lógica y la física. Para este filósofo el estudio, la lectura y la escritura no son indiferentes, ni los rechaza como hacían los seguidores de Diógenes de Sinope.

Lo que significa que la lógica y la física son necesarias para conseguir la virtud. O son virtudes en sí mismas: la lógica es la virtud de saber a cuáles representaciones (percepciones que recibe la mente a través de los sentidos y los recuerdos) sí o no asentir, y la física es la virtud de saber cómo actuar conforme a la Naturaleza, porque esta estudia y entiende a la misma Naturaleza como un conjunto coherente. Ambas son disciplinas indispensables, junto con la ética, para comprender la filosofía toda y para saber cómo llegar a ser sabio. Es probable que Zenón, quitándole parte de la rudeza y radicalidad a la filosofía cínica, hizo que sus enseñanzas fueran mucho más atractivas para sectores más amplios de la sociedad o de la intelectualidad.

La lógica

La lógica de Zenón —contra la canónica de Epicuro y su escuela— admite que todo el conocimiento viene a partir de los sentidos —no hay ideas innatas—, pero cuando el hombre adquiere sus conocimientos llega a percibir los conceptos comunes, es decir, los conceptos morales universales. Para los estoicos, los conocimientos lógicos no son innatos, sino sencillamente comunes a todos los hombres. El hombre percibe los conocimientos universales a través de los sentidos —una intuición nos hace verlos a través de un hecho particular y no de una intuición divina como en Sócrates y Platón—.

La física

La física de Zenón es bastante parecida a la de Heráclito e incorpora elementos de Platón. Un principio rector (el logos), en forma de fuego, conforma todas las cosas del universo, hasta las no materiales —Dios es inherente al universo, no está fuera de él—. Así pues, nada escapa al destino universal y todo obedece inevitablemente a leyes divinas. Al final, el elemento divino del fuego se separará y se volverá a unir de forma cíclica eternamente.

La ética

La ética de Zenón es, según los mismos estoicos, «la recompensa de la doctrina del pórtico». De acuerdo con la física, el ser humano es una parte sin libertad del ser del fuego, pero los estoicos pretenden dar un sentido a la libertad individual. Por este motivo, ellos prefieren la libertad que comprende y acepta la voluntad del ser divino en cada momento, combatiendo las pasiones. Razón, divinidad, libertad, naturaleza y felicidad son —para los estoicos— elementos comunes e inseparables. La razón, así, depara unas conductas individuales —dominio de los instintos y pasiones, obediencia a la razón—, sociales —justicia y acatamiento de las leyes de la sociedad en que se vive— y políticas —los últimos estoicos llegaron a ver parcialmente realizado el ideal estoico en las costumbres del imperio romano del siglo I d. C.—.

La ética del estoicismo es una ética racionalista o intelectualista: la lógica nos hace comprender las normas intrínsecas, la física describe la divinidad que forma parte de la materia y la ética nos hace acordes a la divinidad, oponiendo una resistencia constante a las pasiones o sentimientos dañinos. Pero para eso hacen falta armas, técnicas, una forma concreta de luchar con ellas. Sus enseñanzas se centraban en dotar a las personas de recursos y herramientas para enfrentarse a sus conflictos y problemas.

Zenón solía explicar que la vida es una escuela y los seres humanos hemos venido a ella a aprender: de ahí que compartiera una serie de directrices muy prácticas para que sus seguidores mejoraran su competencia en el arte de vivir y superaran sus angustias. Por ejemplo, huir del inútil y peligroso victimismo oponiendo resiliencia: los seres humanos debemos comportarnos con entereza y responsabilidad y agradecer los infortunios, pues sólo así podemos desarrollar la virtud.

Zenón otorgó la versión canónica y ortodoxa de lo que era la virtud para los estoicos. La virtud es fundamental en el sistema moral de Zenón; encontramos varias descripciones y referencias de lo que era la virtud para este filósofo, entre ellas están las siguientes:

  • “El bien supremo [la virtud], dice, es vivir de modo acorde a la naturaleza”,​
  • “Zenón el estoico piensa que el fin es vivir conforme a la virtud”,​
  • “Proclama Zenón y aquel Pórtico todo entero grita que el hombre para nada ha nacido sino para la virtud; que ella misma con su resplandor atrae las almas hacia sí, sin que se ofrezca desde afuera absolutamente ningún provecho o recompensa a modo de seducción”,​
  • “[...] ponía todo lo necesario para la vida feliz en la sola virtud, y no consideraba como un bien a ningún otra cosa ni la llamaba honesta, porque el bien es algo simple, solo y único”,​
  • “Magníficamente es expresado esto por Zenón, como por un oráculo: «La virtud, [que sirve] para vivir bien, a sí misma se basta»”,​
  • “[...] sólo llama bien a aquello que tiene en sí una razón propia para ser apetecido, y vida feliz sólo a aquello que se emplea en la virtud”,​ etc.

Los estoicos no creen que la vida esté gobernada por la suerte, el azar o las coincidencias: no creen en la casualidad, sino en la causalidad. Todos los sucesos de nuestra existencia están regidos por la "ley de la causa y el efecto" y recogemos lo que sembramos. La recompensa de asumir dicha responsabilidad y de esforzarnos por cambiar de actitud es la ataraxia, imperturbabilidad o paz interior frente a las circunstancias desfavorables. Esta se consigue con entrenamiento y práctica diarios, y para ello es indispensable la fuerza de voluntad para vencer las pasiones y conseguir resultados.

La ética de Zenón perduró y llegó a ser durante un tiempo la predominante en el estoicismo de Roma con notables modificaciones, abandonando gradualmente el interés en la física y la lógica y quedándose casi exclusivamente con una ética del esfuerzo y la disciplina, que allanaría el camino a la posterior victoria del cristianismo.

Fuentes

Biografías y vidas - Zenón de Citio [Ir a la Web]

Wikipedia - Zenón de Citio [Ir a la Web]

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